No puedo creer que este día haya llegado y todavía me falta encontrar mi
cápsula del tiempo. Estoy indignadísimo con la venta de esta casa, “Es que muy
grande para los dos” ¡tonterías! La columna donde siempre me daba, mi rincón
secreto, el escalón roto, todo se quedaría en el olvido y para colmo no me
acordaba donde estaba esa maldita cápsula. Ahí metí mi primer diente, fotos y
lo más importante, las monedas de mi abuelo.
-Hugo ¿cómo
has entrado? Deja el escalón, pero... ¡la has encontrado!
Me acerca el
hocico y me lame, lo que faltaba, ahora que nos vamos me pongo romántico.
Publicado en La Esfera Cultural
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