Hecha de pedacitos de mí

Estoy hecha de pedacitos de mí. Para recorrerlos no es necesario pasaporte ni certificado de residencia, solo un permiso especial que se consigue cuando me cantan al oído o me hacen reír tanto que me da un ataque de asma. 
En los pies no me detendría mucho tiempo, por mí ahí no tendría nada, no me gustan, son feos y están fríos. Si les pusiera un nombre los llamaría Raynaud igual que el síndrome ese de tener siempre las manos y los pies fríos y que hace poco descubrí. De todas las causas posibles, la única que cumplo es la de beber cafeína, así que me parece que Raynaud y yo seguiremos siendo amigos. Sin embargo encontrarás cosas, la marca de mis primeros tacones, el esguince que me hice en Granada al subir al Albaicín, las mordidas de mi gata y la cicatriz de un clavo que por lo visto quería convertirme en Cenicienta. Que no tonto que soy Aurora, y me arrancó el zapato, atravesó la suela y no, de eso nada, a mí solo me pincha la rueca. 

En las piernas hay como mil morados, los que ya no están y los que me hago cada dos por tres, los que salen solos, los que salen por algo, pero ese no sé qué síndrome es. De todos tengo mi favorito y por más absorbido que esté en mi piel lo veo, lo noto y a veces lo duelo como un botón para recordar el día en que huyendo de la zapatilla de mi abuelo me di contra una maceta, y él para curarme me dio, probablemente, el primer beso de su vida.

Mi kit con el que jugaba de pequeña lo escondo detrás de las orejas, la varita de hada, la Barbie Vaquera, el Nenuco que me ponía en la barriga para simular un parto todos los días. Sin puntos ni dolor. 
Mis oídos son como las caracolas, se oye el mar donde me crie, también copla, baladas, una gata bajo la lluvia maullando por ti y hasta rock del duro.
Lo mejor, creo, está en el corazón. Ahí hay de todo y se tardaría mucho en conocerlo. A la derecha una zona vip, a la izquierda la entrada a Neverland y en el centro un todo incluido. Pero para el que consiga llegar que no se le ocurra presentarme ni susurros de abril ni qué sé yo, tranquilidad, que solo le bastará con traerme todos los permisos y certificados del mundo.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hola Ana, pero que amor eres! me encantas :D muchas gracias por tus comentarios, es el mejor regalo de todos! te mando un beso enorme y espero verte pronto!

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