Cuando el día no está bien, enciendo esta vela. Así, poco a poco sale el
sol o llueve, según me convenga.
La última vez que lo hice fue el diez de febrero. No tenía que ver con el tiempo, sino con lo que iban hacerme en el hospital. Hacía unos meses atrás que me encontraron cuatro corazones de más. Aurora, usted solo puede tener uno, hay que extirpar. Y aunque me prometieron que era una cosa sencilla, estaba lejos de estar relajada. El encenderla no evitó que se cancelara la intervención, pero gracias a ella, me pusieron mantas, música y un tranki intravenoso que ya quisiera siempre. Medio drogada lo vi todo bonito como mi vela.
—Mira amor, ahora somos padres de cuatro mini corazones. ¿A qué son
bonitos?
—Que anestesia más buena, ehh…vámonos a casa mejor.
Cuando llegué, abrí el tarro y los cuatro corazones salieron volando,
posándose al lado de la vela. ¡Pero qué bonito! Todos me decían que cuando
me recuperara dejaría de verlos, pero la verdad es que después de hacerlo,
los cuatro siguen ahí. Yo no quiero que se vayan. Me persiguen por toda la
casa, y cuando salgo, se vienen detrás, revoloteando alrededor de mí todo el
rato. Por eso ahora, los días me parecen todos bonitos, y ya no he vuelto a
encender más la vela.
#auroraysumundo #auroramum #alalunayamarte
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