Con cuidado para que no se les caigan los alfileres sobre la
almohada, los sueños de Aurora se posaron mezclándose entre su pelo. No sabían cuál sería el elegido; aventuras,
amor o quizás misterio. Lo que estaba claro es que nada de pesadillas, por
mucho que protestaron, ese día les tocó quedarse en casa. La noche llegó al fin
y Aurora escogió. Nadie supo cuál fue el ganador. Al despertar y como única
pista, una nota que decía: “Suéñame pronto” .
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