Cómplices

El Tribunal apreció cierta rigidez en su mirada. Como prueba del delito, ella. La misma que la acompañaba a sus reuniones y la hacía sentir única después de acariciar la luna.

Abrieron la ventana. Llovía. La bruja no pudo aguantar más el gesto y con una sonrisa rompió el orden de sus pecas. La echaron a volar pero la escoba cayó al suelo, igual que las mariposas cuando las mojas.

NOTA: Publicado en la Esfera Cultural.

4 comentarios:

  1. Es todo tan onírico, tan de la rueca. Da gusto acabar el día con tus palabras, hilandera.
    Besos
    Juan M

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    1. :) Buenos días Juan, gracias, no sé como es ser "tan de la rueca" pero me encanta.

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  2. Si es que al final el instinto primario prevalece ante todo.

    ¡Buen intento!

    Un saludo.

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    1. Sí, cierto. No pararemos hasta conseguirlo, muchas gracias y un beso muy fuerte.

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