El Tribunal
apreció cierta rigidez en su mirada. Como prueba del delito, ella. La misma que
la acompañaba a sus reuniones y la hacía sentir única después de acariciar la
luna.
Abrieron la
ventana. Llovía. La bruja no pudo aguantar más el gesto y con una sonrisa
rompió el orden de sus pecas. La echaron a volar pero la escoba cayó al suelo,
igual que las mariposas cuando las mojas.
NOTA: Publicado en la Esfera Cultural.
NOTA: Publicado en la Esfera Cultural.
Es todo tan onírico, tan de la rueca. Da gusto acabar el día con tus palabras, hilandera.
ResponderEliminarBesos
Juan M
:) Buenos días Juan, gracias, no sé como es ser "tan de la rueca" pero me encanta.
EliminarSi es que al final el instinto primario prevalece ante todo.
ResponderEliminar¡Buen intento!
Un saludo.
Sí, cierto. No pararemos hasta conseguirlo, muchas gracias y un beso muy fuerte.
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