Ser
una pesadilla no es fácil y por eso cada noche me escondo bajo la sombra de los
sueños deseoso de no ser el elegido. No siempre funciona y entretanto los
demás, cargados de magia y aventura, cabalgan cuidadosos por su pelo, yo me
maquillo de maldad. El trabajo requiere tanto de gran experiencia como de
concentración, primero espero a que su inspiración me absorba, después la agito
y así empieza el espectáculo. A veces le hago creer que su juguete favorito
desaparece o que la abandonan en la puerta del colegio, ella grita y con la luz
llega su madre y con su madre acaba mi turno. Luego regreso a casa, me reciben
los aplausos de mis compañeros, no me siento orgullo pero pienso que mientras
tenga el sueño de convertirme en sueño, de alguna manera no soy tan pesadilla.
Qué bonito! Si es que todos merecemos una oportunidad, hasta las pesadillas.
ResponderEliminarUn abrazo
Claro, yo tengo esperanza que así sea, besitos y gracias por visitar mi casa. :D
EliminarMe encantó, Érika. Desde el título al cuento. "A veces le hago cree..." genial! Y el cierre, de lujo.
ResponderEliminarSaludos van,
San Montelpare
Gracias, que tarde más contenta me voy a pasar después de leerte, besitos amiga. :)
EliminarLei en ENTC el relato y me encantó; lástima que no saliera seleccionado. La verdad es que por allí hay mucho nivel.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, gracias, en ENTC hay nivel del bueno, es muy difícil conseguirlo, pero será por ganas de luchar :) y mientras, me ayuda a practicar y a leer cosas preciosas. Besitos amigo.
EliminarMe ha encantado tu cuento, no sabes cuánto. Por favor sigue compartiendo con todos las palabras que de tu alma salen.
ResponderEliminarGracias.
Hola Virginia, que bonita, muchas gracias, pues no sabes cuánto me alegran tus palabras, con motivaciones así es imposible parar, muchas gracias y un beso enorme :).
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