Si fuese
yo la que tuviera siete vidas me quitaría una para que volvieras. Si fuese
verdad que alguien pudiera venir del pasado y viajar en el tiempo, le pediría
que me llevara a cualquier momento junto a ti.
Al día
que rompiste mi póster favorito.
A la
tarde que dejaste tus colmillos clavados en mi brazo.
A tu
última noche, y que como regalo para siempre, decidiste pasarla conmigo.
Seguro
que fue tu manera de despedirte.
Gracias.
Lloro al
escribirte y al recordarte. Lloro por los verbos que ahora son en pasado y por
no conseguir encontrarte cuando me llamas entre sueños.
Ahora me
has dejado huérfana de ti.
De
martes y trece sin tu buena suerte.
De
tardes frías sin tu ronroneo.
De
desayunos sin compartir.
De
miradas felinas que solo entendíamos las dos.
De una
vida entera creciendo juntas.
Nos has
dado tu último arañazo pequeña, y como duele.
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