Un zombi en casa


El leve crujir de la viga de la que cuelga su padre no le alteró, ni siquiera las gotas de sangre que empezaban a caerle por la frente y aunque le había dejado marcado en el calendario el tiempo que faltaba para Halloween, parece que eso no fue suficiente. Lo peor de todo no sería cómo explicárselo sino quitar esas manchas rojas de la moqueta antes de que llegara su madre.

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