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- ¿Y ese viento? 
- Seguro que es por nuestro beso, se llama el efecto mariposa.
-¿Y dónde habrá empezado?
- En mi estómago.

2 comentarios:

  1. Esos vientos del estómago..., ay, no he podido impedirlo.
    jajajaja
    JM

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    1. jajajaajjaj ya le se fue todo lo literario de un plumazo! ya no podré leerlo igual :D

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